Manto que cubre cual ave perdida la humanidad
sedientos de fe
engullendo el gris pavimento
retorciendo palabras amalgamando el alma
en la tibia esperanza hecha olvido
contando 1,2,3 se arrastra la humanidad cual zombis negociables
y errantes entre murmullos de pensamientos
se pierden en laberínticas formas
ataviados en el el exilio de ideas.
Zombis negociables grita el gris cielo y en procesión,
en mansedumbre infinita sucumben a la idea política
sin importar la causa, solo el brillo dorado de un tintineante metal
cual inofensivo niño aferrado al arrullo maternal
gimen, vociferan y acechan el ideal de pobreza
subtes acaviarados que mimán el metal
como pan que los alimentan
ansian volar con alas negras hacia la vida, sin vida
cual subterráneos acaviarados
cual subte acaviarados que gimen pobrezas
creando víboras de poder aferrados al metal que compra almas
mentiras y tristezas, cual desesperado
corazón sin latir, sin subterránea luz,
que habitan al galope as frías en las agazapadas noches de Lima.
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