Lirio sin crepúsculo,
sumergido en el llanto ahogado de un destino.
Consuelo perdido dolor al fango.
Herida mordaz cubierta de tiempo,
Mariposa negra emplumada de otoño.
Quebrantas mi risa.
Quemas mi paz.
Hundes cupidos sin
aletear.
Solo escucho golpes y recuerdos,
tambores grises
danzan en mi cuerpo.
Pequeño reloj de amor emanando fuego y olvido.
Muda voz presa del ayer te desvaneces al anochecer.
Inocencia mal labrada,
escondes la brisa del desierto.
Clavos y agujas van sepultándome
tras la hoguera del destiempo.
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