Vuelo como ave sin plumas en busca del sediento mar.
Mi nombre se esconde entre figuras y sombras,
persiguiendo la tímida luminosidad.
¡Que escondes tibio amanecer!
¡Que escondes tras
el viento que acaricia mi piel!
Continúo con mi largo andar.
Sin saber del dulce trago del destino.
¡En la esquina una flor!
¡En la esquina una herida!
¡Me embriago del yugo de la vida!
Pasos lentos en un día de arena.
Tiempo voraz cubierto de felicidad.
Me asomo perdida
en cada anochecer.
Charco de agua que
estancas mi mente.
Corriente de dicha
que empujas mi ser.
Prisión que engaña con soles.
Verde maraña de
mundos eclipsados.
Despliégate
ampliando mi soñar.
¡Creciendo alas en
mi cuerpo
que escuche el mundo este aleteó !
Más continuó con el largo andar.
Bebiendo el dulce trago del destino.
¡En la esquina un nacimiento!
¡En la esquina una herida!
Voy tras mis
rígidas huellas.
Embriagada por el yugo de la vida.
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