Tibia
mirada iluminas el soñar,
deseando
despertar tu alma dormida,
y llenarla
de ansiada eternidad.
Eres el
fuego infinito de tibias montañas,
que seduces,
que quemas.
Ángel de vida,
beberé tu esencia divina,
envolviendo
el corazón latiente de tu ser,
sin
hojas de otoños que han de caer.
y me
desvanezco fluyendo en ti
en las galopantes y sublimes noches,
mientras mis
sedientas manos,
consumen el
oleaje rítmico de tu cuerpo,
despertando
el ocaso perdido del alma,
yaciendo
contigo
en la
efímera eternidad.
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