Terrena noche que escondes,
el frio amor que condenas,
al ser doliente.
Viaja conmigo a senderos oblicuos
calma tu sed, sin ser más que gotas de lirio,
Sal del abismo profano del corazón alado
quemando sentimientos.
¡Calas mi piel!
Del sendero sin sentido te toco
y caigo,
siendo tu única testigo quedo prendida,
al suspirar de tus sueños,
fusionando tus blancas partes
en mi caos.
Agolpas el vacio,
cual enemigo errante,
¡Desgarras verdad!
¡Desgarras mi ser!
Pero el serpentear del majestuoso sentir,
se impone rociando su esencia de té…lo bebo,
pregonando espinas sin puntas.
Con gratitud te
dejo el ayer,
sedienta por volver a empezar
en este remolino de dicha
y perpetuidad.
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