Larga es la salida al horizonte.
Te he recorrido tantas veces.
Te he de recorrer mil veces.
¡Ya duele mi memoria!
De la mano y descalza me desvanezco ante ti.
Ya, me canse de levantar tu llave.
Y dejar mi pálpito en tu puerta.
El claro oscuro sumerge de tu umbral.
Dos dimensiones me invitan a llegar.
Es largo el sabor que piso y corto el sabor que dejo.
Mis vivencias se debaten entre el ir y el venir,
como espumas de mares,
que no se quieren encontrarse.
Descanso...respiro.
solo un minuto más déjame reposar,
pegada a tu umbral.
Déjame respirar la esencia de tu forma rectangular.
Y mi llave convertida en humildad,
se hunde en ti,
girando la perilla ambigua de la eternidad.
¡Tomas mi mano
pequeño ser,
me miras con bondad!
Me seduce tu esperanza
invitándome,
a devorar el vil rectángulo,
Sin miedo a la oscuridad.
Prometo...Sonrió.
¡Ya no me pesa el respirar!
Estiremos este andar.
Larga es tu sombra lineal.
Te he recorrido tantas veces.
Te he de recorrer mil veces.
Ahora matizándonos al unisonó mi pequeño ser,
Plasmo nuestras huellas firmes.
Más allá de este amanecer
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