Labios,
labios
húmedos y verticales,
sedientos de
negra espesura,
se ocultan,
se callan y
aparecen
ninfas sin
mares
huyendo del
tridente.
Labios
heridos suspirando verbos,
de día y
expirando vendavales de carbón en la noche,
abren sus
aterciopelados poros,
saciando el
dulce arrecife,
bebiendo de
las ostra hasta,
robar la
blanca perla,
que se
esparcen entre afiladas estrellas,
y tiempos de
sequía,
surcando las
oscilante arenas ,
entre
dentadas olas.
Labios,
efímera
barca sin memoria,
sin brújula,
navega en la
espumante embriagues de nacarados sátiros,
evaporándote
en horizontales
lágrimas de lluvias,
y vuelves en
tu locura
a quebrarte y sumergirte en el mar.
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