Sol radiante que emerges de mí,
peñasco herido en tierras profundas.
Beberé de tu luz, de tu eterno fulgor,
como gotas vacías
que se diluyen.
Batallón de ideas y pensamientos.
Discurren el tiempo sin palpitar.
Discurren el tiempo sin crepitar.
Fuego que expandes,
evoca los recuerdos más intensos.
Apaga lo impura de
este existir.
Quiero ser la violeta
rodeada de manantiales,
eclipsando al prado más verde.
Siendo rojo sentir y
blanco soñar.
Viajaré con tiempo en sepia,
por planetas en movimiento
despertando al tibio horno de la vida.
Sol radiante empápate de mí,
sintiendo a tu hija renacer.
Remolino de pasión,
que galopa al compas del frenesí.
Con fuerza brutal
llenos de matiz.
salpicando mis pasos
con estruendo.
¡Respirando hacia ti!
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